De rodillas y toda de amarillo, esta nuestra Piolina preferida Sexy Kitty, en la cama. Solo de verla me convierto en el gato Silvestre, porque me la quiero merendar entera. Mientras Sexy se desnuda y nos deja ver su precioso cuerpo, de pronto aparecen esas dos tersas tetas y me pongo a comérmelas, después bajo a probar ese chochete húmedo que se encuentra debajo, Kitty es ahora la que se pone a comer, a comerme la polla, que dedicación le pone esta Piolina, me coge el escroto con la mano derecha y la degusta con pasión. Le digo que me monte y esboza una sonrisa de oreja a oreja mientras se la coloca en su entrada, cabalga con pasión dejándose llevar por el momento, esarrollamos el kamasutra, Kitty no pierde nunca su sonrisa y su simpatía, al final no puedo más y descargo toda mi pasión en su rico coño que desprende todo mi zumo.

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